sábado, 11 de agosto de 2012

Jefe de la Mara ( BOSS )


COMBATE DEL ESTADO A LAS MARAS.


La asociación ilícita. (Ley de anti-mara)
Los delitos que los mareros cometen van desde robos simples hasta operaciones complejas con características de comandos paramilitares, crímenes por encargo, el paso por la frontera de ilegales y disputas de territorios por el control y el manejo de drogas. Los mareros son también utilizados, sobre todo los más jóvenes, por los carteles de la droga. Son la carne de cañón de los barones del narcotráfico: a sueldo, aprovisionados de dinero, armas pesadas y drogas para consumo propio, son pagados para introducir el comercio y vigilar la zona.
Sus filas están formadas en su mayoría por jóvenes pobres y sin educación, lo que los deja en una situación de exclusión social sin inserción en el sistema. Los más arrojados suelen ser los miembros más jóvenes, de apenas 12 o 13 años de edad, quienes desean ganar status en la mara. También utilizan a los inmigrantes recién llegados, los cuales son más baratos y temerarios, al venir de situaciones de una pobreza extrema. Cabe aclarar que no sólo de pobres e inmigrantes se nutren las maras, ya que entre ellos se puede encontrar a personas que han pertenecido a las fuerzas armadas y de seguridad de países centroamericanos. Algunos de éstos provendrían del área de inteligencia y fuerzas especiales. Por otro lado, han resurgido las agrupaciones clandestinas de represión a la manera de los Escuadrones de la muerte, ahora conocidas como la temida “Sombra Negra”, que se dedican a secuestrar o “eliminar” a objetivos seleccionados dentro de las maras. Se ha detectado la presencia de, entre otros, miembros de la policía como integrantes de estos grupos.
Varios países centroamericanos han legislado para intentar frenar este problema. En julio de 2003, Honduras promulgó reformas a su Código Penal, que culminaron en la mal llamada Ley antimara, la cual desató una campaña inmediata de detenciones.
Tres meses después, en octubre de 2003, El Salvador aprueba una mal llamada ley anti-mara que define como marero a todo aquel “que se reúna habitualmente, que haga señas o tenga símbolos como medio de identificación, que se marque el cuerpo con cicatrices o tatuajes”, la cual dio origen a detenciones muy controversiales. En Honduras, al año siguiente (2004), se procedió a la tipificación del “Asociación ilícita” regulado  en el articulo 332 del código penal, que facilita la detención a los cabecillas o jefes de pandillas o el tan solo hecho de pertenecer a estas bandas.

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