sábado, 4 de agosto de 2012

Mara Salvatrucha y La 18 st


La Mara Salvatrucha y La 18
Conocidas como pandillas juveniles hay que destacar que la primera en formarse es La 18, que se identifica así por estar en esa calle del sector de Rampart en Los Ángeles. Sus integrantes, todos latinos y negros, comienzan a ser liderados por mexicanos, que representan la mayor cantidad de inmigrantes en California.
Pero luego surgen sus contrincantes o enemigos, que son los salvadoreños que forman la llamada Mara Salvatrucha y a partir de ese momento comienzan a librar batallas campales en busca de dominios de territorios.
En escena aparecen jóvenes con sus cuerpos enteramente tatuados, cortes de pelos punk, camisetas
Negras con dibujos de calaveras, saludando con signos y lenguajes corporales propios y herméticos, golpeando en la cara y escupiendo.
Ya para este momento los registros dan cuenta que sólo en Los Ángeles hay 1,350 pandillas
Juveniles integradas por 150 mil jóvenes de entre 11 y 18 años, quienes muestran estadísticas
De muerte con un promedio de mil homicidios al año y 33 mil detenciones por actos reñidos
Por la ley.
Las escuelas se han convertido en los principales lugares de reclutamiento de nuevos miembros para Las pandillas. La adhesión es a veces voluntaria y a veces forzada o inducida con drogas, que se Convierten en adicción y más tarde en sometimiento.
En el instituto secundario Roosevelt, en el este de Los Ángeles, hay instalados detectores de metales Para eliminar las armas en las aulas. Los controles se hacen en la primera semana de clase y durante El resto del año en operativos sorpresa.
En La 18 como en la Salvatrucha, no hay un "padrino" al estilo de la mafia, pero sí un cuerpo de "veteranos" que desde las sombras controlan a las pequeñas células formadas por chicos de apenas 11 años, explicó el oficial de policía John White. Los "veteranos" organizan encuentros Clandestinos con los jóvenes en los que distribuyen armas, entrenan sobre estrategia y enemigos y Comparten la información sobre la policía.
Por ahí los hondureños no se han quedado atrás y especialmente en la Calle de Alvarado de Los Ángeles han tomado como suyo ese terreno para sus fechorías, que van desde el cobro por "seguridad'' a los dueños de negocios, manejo de los teléfonos públicos, tráfico de drogas y asaltos a quienes osen pisar esos territorios.
En los barrios y ciudades que ellos dominan se roban autos, se saquean casas, se intimida a los vecinos. También se "alquilan" esquinas, incluso por horas, a vendedores de droga que no pertenecen a la pandilla. Algunos pandilleros reúnen entre 400 y mil dólares por día con estos "alquileres", dijo White.
Los "cien suburbios en busca de una ciudad" que conforman Los Ángeles incluyen grupos
Vinculados a carteles de droga, pandillas delictivas locales y bandas "no tan sofisticadas ni
Desarrolladas pero con una estructura que recuerda al viejo crimen organizado", explicó el policía Kevin Rogers. Ahora estas dos pandillas tienen sus tentáculos en todo Estados Unidos y cada una se ufana de decir que tienen mayor cantidad de simpatizantes.
La palabra mara
Pero obviamente los creadores de estas pandillas han sido latinos que en determinado momento han sido deportados o simplemente regresan de vacaciones a sus países y es ahí donde comienza la proliferación en América Latina, incluida Honduras.
La palabra mara es, sin dudas, puesta por los salvadoreños y lo usan como una acortación de la palabra "Marabunta'', nombre de una hormiga salvaje que habita en grandes cantidades y Arrasa las junglas amazónicas como una plaga.
Esta acepción de la palabra mara ellos la usaron al identificarse como un grupo de jóvenes que invadieron Estados Unidos, se regaron como una plaga y tomaron un aspecto destructivo dentro de una ciudad tan gigantesca como Los Ángeles.
Al igual que en Estados Unidos, en Honduras surgen numerosas organizaciones de mareros con los más variados nombres, pero todas identificadas ya sea con La 18 o con la MS, abreviatura de la Mara Salvatrucha.



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